Había una vez un espejo de mano que cuando se quedaba solo y nadie se veía en él se sentía de lo peor, como que no existía, y quizá tenía razón; pero los otros espejos se burlaban de él, y cuando por las noches los guardaban en el mismo cajón del tocador dormían a pierna suelta satisfechos, ajenos a la preocupación del neurótico.
de: AUGUSTO MONTERROSO
sábado, 12 de junio de 2010
EL ESPEJO QUE NO PODÍA DORMIR
Publicado por Descartes el sábado, junio 12, 2010
Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)
1 Comment:
Fuera de tema:
Este blog de hecho forma parte de la Asamblea Ciudadana. Buscar en google argentina AVCP y si te interesa enviá un mail a: avcpArgentina-subscribe@gruposyahoo.com.ar
Post a Comment