PERIODISMO COMPROMETIDO... CON LA DICTADURA

PASION POR BRINDAR CON LOS DICTADORES.

Ernestina Herrera de Noble brindó con el dictador Alejandro Lanusse el 21 de septiembre de 1972. Pasados 6 años y 6 días, el 27 de septiembre de 1978, la directora y accionista principal de Clarín brindaba con el dictador Jorge Videla.

Brindis tras brindis, la ex bailarina de flamenco, cerraba con los genocidas el negocio que le permitiría convertir a Clarín en un verdadero imperio. Una pequeño recordatorio para tanto periodista independiente del oligopolio y especialmente para Magda Guiñazú: en mayo del 72 se conformaba el primer directorio de Papel Prensa donde quedaban tres directores privados.

César Cívita, de Editorial Abril, y su ex socio en negocios financieros, César Doretti, casado con la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, amigo del ministro de Bienestar Social de entonces, el capitán de Fragata retirado Francisco Manrique y también del poderoso banquero David Graiver.

Repasemos, Magdalena estaba casada con uno de los directores de Papel Prensa y éste era amigo de David Graiver, lo que nos permite pensar que ella sabía mucho sobre la forma ilícita en que los diarios asociados se hiceron de Papel Prensa, qué sucedió verdaderamente con Graiver y las torturas a que fuera sometida su familia para que firmaran la entrega de la empresa.

Magdalena, en este juego macabro, fue algo más que una “periodista independiente”. Los militares en su retirada, prohibieron el programa de Bernardo Neustad, convirtiéndolo en un “periodista perseguido”, una especie de agradecimiento por los servicios prestados.

Magdalena blanqueó su imágen, luego de sus “comprometidos reportajes” a Videla y a Harguindeguy, con su aparición como testigo en el Juicio a las Juntas y llevando a cuestas el dolor del asesinato de su amiga Elena Holmberg…

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